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Primeros Auxilios en herida por arma de fuego

Herida por arma de fuego

Las heridas por arma de fuego no se producen únicamente durante conflictos armados o actos terroristas. La facilidad a la hora de adquirir armas de fuego en algunos países ha contribuido a que individuos o grupos, como pandilleros, se sirvan de estos dispositivos para ejercer la violencia contra otras personas o perpetrar delitos, hasta el punto de que se estima que cada día fallecen en Estados Unidos 92 personas –por asesinato, suicidio o accidente– a consecuencia de heridas de bala y, según el Centro de Control de Enfermedades, también por esta causa mueren más niños menores de seis años que policías en activo.

América Latina, por su parte, ha sido considerada por la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, como la región del mundo donde se produce un mayor número de muertes violentas por homicidio y armas de fuego, una lista que encabezan Honduras y Venezuela. Entre los factores de riesgo que contribuyen a la violencia, este organismo destaca el consumo de drogas y alcohol y la disponibilidad de armas.

Otras causas en las que se pueden producir víctimas de heridas por arma de fuego son los accidentes, sobre todo en deportes como la caza, o en circunstancias laborales que involucren armas de este tipo, como ocurre en el caso de personal de la policía o cuerpos de seguridad. Igualmente, en algún momento podemos encontrarnos en mitad de un asalto armado o una maniobra policial –en nuestro propio país o como turistas–, o ser testigos de un acto delictivo, por ello, es conveniente conocer unas nociones básicas de primeros auxilios para saber cómo desenvolvernos en estos casos, porque nuestra colaboración puede salvar la vida del afectado hasta que llega la ayuda médica profesional.

Qué es una herida por arma de fuego: características y tipos

Las heridas causadas por armas de fuego son especialmente traumáticas, ya que las balas salen con una fuerza tan grande que destrozan todo el tejido que encuentran a su paso. Además, si no tenemos conocimientos médicos o militares, es muy difícil evaluar la trayectoria de la bala y, por tanto, conocer la extensión del daño causado. En una víctima por herida de bala encontraremos:

  • Herida de entrada: es el punto donde la bala entra en contacto con la piel y causa una abertura contusiva. Pueden suceder dos cosas, o bien que la bala se fragmente al contacto y ocasione diversos daños alrededor de la herida de entrada, o que la bala entre completa y en su trayectoria rompa varios tejidos, e incluso órganos. Los orificios de entrada por lo general tendrán forma ovalada o redondeada, y los disparos a corta distancia causan mucho más daño que los realizados a larga distancia, siendo características las quemaduras alrededor del orificio.
  • Orificio de salida: si el proyectil realiza el trayecto por el cuerpo y no pierde fuerza, es muy probable que tal como entre, salga. Normalmente, es muy difícil predecir por dónde saldrá la bala y qué órganos va a afectar, pero el orificio suele ser irregular, al contrario que los de entrada.
  • Trayectoria: es el recorrido que hace la bala dentro del cuerpo, desde que entra hasta que sale o se detiene en el interior del organismo. A veces, las desviaciones hacen que la bala pierda fuerza y se quede dentro sin causar orificio de salida.
  • Tatuajes: se llama así a los gránulos de pólvora que quedan en la piel, y que se ven como unos puntitos negros.

Tipos de heridas por arma de fuego

Una bala puede generar diversos tipos de lesiones dependiendo de varios factores. Profesionales como los médicos o los militares conocen bien estas heridas, pero para el resto de la población afortunadamente no es algo frecuente de ver, sin embargo, no sucede únicamente en zonas de conflicto, por lo que conviene conocer qué tipos de heridas por arma de fuego se pueden encontrar:

  • Heridas penetrantes: se producen cuando el proyectil se introduce en el cuerpo generando orificio de entrada, pero la trayectoria finaliza en el interior y no hay orificio de salida.
  • Heridas perforantes: se les llama perforantes cuando la bala entra y sale completamente del cuerpo.
  • No es raro que se produzca una combinación de los tipos anteriores, por ejemplo, la bala entra en el cuerpo y se queda dentro del mismo (causando una herida penetrante), pero ha atravesado un órgano en su trayectoria (provocando una herida perforante en dicho órgano).
  • Heridas contusas: se originan cuando el proyectil no tiene fuerza suficiente como para romper la piel, pero sí para percutirla y causar hematomas. Dependiendo de la fuerza con la que golpee y del tamaño del proyectil, la contusión será más o menos grave.

Consecuencias y complicaciones de una herida por arma de fuego

Las consecuencias y complicaciones de las heridas por armas de fuego de entrada y salida también dependen de factores como el tipo de arma que se utiliza, y el calibre y tipo de bala (no es lo mismo un disparo de una pistola pequeña, que el de un fusil), la distancia a la que se dispara, la velocidad y la trayectoria de la bala, es decir, qué tejidos y órganos atraviesa. Lógicamente, cuando afecta a un órgano vital como el hígado, o el cerebro, el daño será mucho mayor.

Por ejemplo, y al contrario de lo que se pueda pensar, las balas que se utilizan en armamento civil generan más daño que las de armamento militar. Éstas últimas, al contrario que las civiles, están recubiertas por un chaqueta metálica en la punta de la bala, haciendo más difícil que se deforme o fragmente al entrar en el cuerpo y, por tanto, menos letal que un arma civil.

Además de la herida que cause la bala en sí, debemos ser capaces de conocer, identificar y tratar, las posibles complicaciones que encontremos, como:

  • Hemorragia: es lo primero que debemos tener en cuenta porque la bala, en su trayectoria, puede haber perforado un vaso principal y, si no se controla el sangrado, la víctima entra en shock y esto le podría causar la muerte.
  • Dolor: aunque pueda parecer evidente, es un problema bastante importante, pues el dolor causa sufrimiento a la víctima no sólo a nivel físico, sino también psicológico, y además hace que se consuman más recursos. Muchas veces se da por sentado que el daño conlleva sufrimiento, y se infravalora el dolor que pueden llegar a sufrir las personas que han recibido un disparo, y los problemas que se derivan del mismo, y no solo eso, sino que el dolor se puede llegar a convertir en algo crónico en muchos casos, disminuyendo significativamente la calidad de vida del afectado.
  • Infecciones: constituyen otra gran complicación, y la segunda a considerar en la línea de problemas derivados de heridas de bala. Cualquier herida abierta es susceptible de contraer infecciones, y cuanto más profunda es, mayor es el daño y más difícil de eliminar. De ahí la importancia de manipular lo menos posible la herida y evitar el contacto directo con el entorno.
  • Daño a órganos vitales: como es de suponer, órganos como el cerebro, el corazón, los pulmones, o la médula espinal, que son esenciales para la vida, en el momento en que se ven comprometidos se produce una batalla contrarreloj para salvar la vida de la víctima, y cada minuto es esencial.

Qué hacer ante una herida por arma de fuego

Una herida de bala o por arma de fuego no es fácil de tratar, y en la gran mayoría de los casos requiere de cirugía para eliminar fragmentos de proyectil, o reparar estructuras y tejidos afectados. A simple vista es muy difícil saber el alcance de los daños que ha causado, ya que desconocemos su trayectoria, y en ocasiones tampoco sabremos qué tipo de arma y de proyectil se han empleado. Los primeros auxilios, que pueden salvar vidas, han de basarse en estabilizar a la víctima hasta conseguir apoyo médico profesional:

  • En primer lugar, y muy importante, cerciorase de que nos encontramos en una posición segura. Si se ha producido un tiroteo o un accidente (por ejemplo, de caza), o has sido testigo de un crimen o un intento de suicidio, asegúrate de que es perfectamente seguro ir a socorrer a la víctima; no sirve de nada que tú también acabes herido. Si tienes equipo de protección, como cascos o chalecos antibalas, utilízalos.
  • Lo siguiente será pedir ayuda. Siempre, en cualquiera de los casos donde haya un herido de bala, hay que recurrir a asistencia médica. Sé breve pero preciso en la comunicación de la emergencia, y proporciona suficiente información para que te puedan localizar con facilidad.
  • Intenta no mover a la víctima de sitio para evitar que su estado se agrave. Por ejemplo, puede pasar que tenga una herida abierta y al movilizarlo comience a sangrar profusamente.
  • El tiempo jugará en nuestra contra. Existe la llamada hora de oro, que quiere decir que las personas que llegan al hospital dentro de la primera hora tras recibir el disparo tienen más probabilidades de supervivencia. Actúa con rapidez, pero sin perder la calma ni entrar en pánico.
  • Busca las heridas, los orificios de entrada y salida si hubiera, analiza el cuerpo de la víctima en busca dehemorragias, y actúa para frenarlas de la siguiente manera:
    • Aplica presión en el punto sangrante con un paño, gasa, toalla, o una prenda de ropa si es necesario.
    • Si la prenda se empapa de sangre, simplemente pon otra encima y sigue aplicando presión, pero nunca la retires.
    • Si la hemorragia es en un brazo o pierna y con presión no se puede controlar, se puede realizar un torniquete con un cinturón o una banda de tela que no se rompa. El torniquete se debe poner lo más cercano a la herida, pero siempre por encima de la rodilla o el codo. Hay que recordar que el torniquete sirve para detener la hemorragia, pero puede provocar daño tisular por la falta de riego sanguíneo, por lo que hay que apuntar la hora a la que se realizó, y revisar cada 10 minutos si ha parado la hemorragia, aflojándolo un poco.
    • En el momento en que la hemorragia pare, retirar el torniquete si lo hubiese, y se puede poner un apósito encima, o vendar la herida con algo de presión.
  • Si la herida se ha producido en el abdomen o el torso, donde están la mayor parte de los órganos vitales, es más difícil de tratar, ya que se requiere material específico. Debemos estar atentos a la herida por si saliera aire de la misma, porque esto significa que el pulmón está perforado y está saliendo el aire. Lo importante en este caso es sellar la herida para que el aire quede dentro. Esto lo haremos colocando gasas o paños y aplicando presión en los laterales de la herida para así cerrarla.
  • Intenta mantener a la víctima lo más cómoda posible, abrigándola bien y tranquilizándola. Cuanto más nervioso esté el afectado más difícil será estabilizarle. Sobre todo, nunca jamás abandones a la persona, reevalúa cada pocos minutos su estado, ya que en caso de que hubiese daños internos que no podemos determinar, su estado general se vería afectado.
  • Si la víctima está inconsciente se la debe colocar en posición lateral de seguridad (de lado, en una posición lo más cómoda posible, dejando libre la vía aérea), y reevaluar con frecuencia su estado, incluyendo respiración y pulso. En el caso de que no respire, se deben iniciar de inmediato las maniobras de resucitación cardiopulmonar.
  • Hay ocasiones en las que será necesario el traslado del herido, por ejemplo, si se ha producido un accidente durante una cacería en el campo, y lo más conveniente es movilizar a la víctima al hospital, o a una zona que resulte más accesible para los servicios médicos. Para trasladar a la víctima muchas veces es necesario inmovilizar mediante tablas, palos, o cualquier objeto que sirva para entablillar extremidades, ya que cualquier movimiento brusco podría causar más daño o hemorragia. Colocaremos las tablas lo más rectas posible, procurando que no estén en contacto directo con la herida, y pondremos vendas o telas que las sujeten firmemente. Si la víctima está inconsciente o no se puede mover y hay más de dos socorristas, entre tres personas se le puede movilizar, intentando mantenerla siempre en horizontal y con el torso alineado, en bloque. Se pueden improvisar camillas con tablas, puertas, sábanas, etcétera, siempre y cuando sea seguro el transporte y no haya riesgo de caídas.

Fuente: Primeros Auxilios en herida por arma de fuego

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