Muchos de los materiales caseros usados para hacer tapabocas como bayetas, gamuzas, o telas de poliéster no protegen contra el coronavirus, según un nuevo método del CSIC que permite determinar los más eficaces para filtrar los aerosoles.
La emergencia de salud púbica generada por la pandemia de coronavirus ha provocado la escasez de productos sanitarios que sirvan para evitar la infección por SARS-CoV-2, como guantes o geles desinfectantes, pero especialmente en el caso de las mascarillas –tanto quirúrgicas como antipartículas de grado P1, P2, N95, y P3–, y por eso muchas personas han decidido elaborar sus propias mascarillas caseras utilizando para ello materiales habituales en las casas.
El problema es que la mayoría de los materiales que se emplean para confeccionar los cubrebocas caseros no filtran eficazmente los aerosoles o gotículas infecciosas que expulsan las personas con COVID-19. Por ello, investigadores de la Universidad de Granada (UGR) y la Universidad de Barcelona (UB) han puesto a punto un nuevo sistema, diseñado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), capaz de determinar la eficiencia de filtrado ante partículas de 300 nanómetros (nm) –como los aerosoles del coronavirus– de diferentes materiales que se puedan utilizar para elaborar mascarillas de protección.
La mayoría de los materiales que se usan para hacer mascarillas caseras no filtran eficazmente las gotículas infecciosas que expulsan las personas con COVID-19
El SARS-CoV-2 se desplaza por vía aérea en partículas de diferentes tamaños como gotas y aerosoles, que las personas infectadas emiten al respirar, hablar, toser o estornudar. Cuando llegan al exterior su tamaño se reduce cuando se evapora el agua que contienen y mientras las partículas gruesas suelen depositarse con rapidez, las más finas podrían mantenerse en suspensión durante horas, o incluso días.
Materiales caseros analizados que no protegen frente al SARS-CoV-2
Estos investigadores realizaron un análisis de varios materiales caseros con los que la gente está fabricando mascarillas como bayetas, gamuzas atrapapolvo, telas de poliéster o gorros quirúrgicos de celulosa, y comprobaron que ninguno de ellos filtraba realmente las partículas de 300 nm, por lo que no sirven para evitar el contagio del patógeno, mientras que las mascarillas FPP3, HME y quirúrgicas que también analizaron sí demostraron ser eficaces.
El informe elaborado por los investigadores se puede consultar online y muestra los primeros resultados de eficiencia de filtración de aerosoles de 300 nm de distintos filtros, tanto los que están homologados, como otras posibles alternativas que se podrían utilizar en caso de emergencia:
- Mascarilla FFP3 y filtros HME: eficiencia de filtrado del 99,99%
- Filtro “Breathing filter” HME (sólo disponibles para hospitales): eficiencia de filtrado: 99,99% – 99,67% tras 5h de uso
- Mascarilla quirúgica: eficiencia de filtrado 75%
- Lámina de alga nori: eficiencia de filtrado 69%
- Bayeta de cocina (Bosque verde): eficiencia de filtrado: 300 nm 31%
- Bayeta + Capa de gamuza atrapapolvo marca Bosque Verde: eficiencia de filtrado 50%
- Tela de poliéster: eficiencia de filtrado 31-34%
- Gorro quirúrgico de celulosa: eficacia de filtrado 28%
El nuevo sistema diseñado por el CSIC y replicado por el Grupo de Física de la Atmósfera de la UGR en el Instituto Interuniversiario de Investigación del Sistema Tierra en Andalucía (IISTA) se basa en generar aerosoles, seleccionar las partículas de 300 nm y determinar la concentración de partículas que se generan antes y después de pasar por el material que se está analizando.
Con este método es posible determinar la capacidad filtrante de materiales y tejidos que son potencialmente utilizables en la fabricación de mascarillas y dispositivos de protección respiratoria, con el objetivo de que la población los pueda emplear con seguridad en las situaciones que así lo requieran durante la desescalada, y hasta que finalice la emergencia por COVID-19.
Fuente: Estos materiales para tapabocas caseros no protegen del coronavirus